Aportando luces contra el COVID19 (Parte 2)

¿Influye la luz en la desinfección contra el COVID-19?

Hace ya algún tiempo publicamos un artículo sobre la influencia de la luz ultravioleta UV-C en la destrucción del coronavirus COVID-19, así como sobre otros tipos de virus.

Desde esa publicación, hemos sido inundados por ofertas que nos hablan de las excelencias de este tipo de luz y hemos sido abordados por cientos de promociones que nos invitan a tener un aparato emisor de UV-C como solución a la desinfección de nuestro hogar y de los cientos de objetos que nos rodean.

Muchas de estas soluciones se nos presentan incluso sin poner atención alguna a los riesgos potenciales que la exposición a los rayos UV-C pueden ocasionar.

Algunas soluciones son incluso manuales o portátiles, dotadas de unos pocos diodos led que emiten UV-C de poca potencia y que, por lo tanto, tienen una limitada capacidad de desinfección.

Es cierto que, la emisión de luz UV-C es una posibilidad de desinfección real contra los virus, bacterias y hongos en general e incluso, parece que ya tenemos algún estudio que nos garantiza que este tipo de radiación es efectivo contra el famoso COVID-19. De hecho, son muchos los centros de salud y hospitales en el mundo, los que llevan tiempo usando este tipo de luz para desinfectar sus instalaciones incluso antes de enfrentarnos al reciente COVID-19.

Nuestro departamento de Ingeniería tiene conocimiento de la existencia de un informe realizado por uno de los mayores fabricantes de Diodos led del mundo en KOREA, en el cual se obtienen resultados positivos sobre la acción desinfectante de los leds UV-C contra el COVID-19.

Por primera vez, alguien podrá aportar pruebas empíricas sobre algo que hasta ahora se basaba en meras suposiciones que provenían del hecho de que este tipo de luz, sí que era efectivo contra otros tipos de virus, que veían como esta luz destruía su capa grasa exterior.

Como el COVID-19 es un virus, esa “debilidad” frente a la luz UV-C se le suponía también, simplemente por extensión, pero no existían estudios concretos.

Con el paso de las semanas, esto se va comprobando fehacientemente y esta posibilidad empieza a revelarse como cierta, pero insistimos…, de manera muy incipiente y todavía no publicada al menos a fecha de hoy.

 

LA LUZ SOLAR COMO DESINFECTANTE BASICO

Este artículo no pretende ocuparse de la luz UV-C, nos vamos a fijar en la luz del sol.

Es sabido que el COVID-19 “salta” de una persona a otra por contacto directo y/o contacto aéreo a distancia corta, pero hay algo que trae de cabeza a los investigadores y es en qué grado de contagio se hallan las superficies inertes (fómites). Son muchos los estudios que se hallan en desarrollo para saber cómo se transmite el virus y cuánto tiempo resiste activo sobre objetos y superficies pasivas.

Hay estudios que han revelado cepas resistentes sobre objetos y superficies no porosas expuestas a pacientes COVID en habitaciones y otras localizaciones de los hospitales. Esos mismos estudios reflejan que la resistencia media máxima del virus sobre esas superficies es de unas 7 horas en condiciones ambientales de unos 23º y 40% de humedad. Si bien, estos estudios son realmente limitados a unas condiciones concretas de evaluación.

Esas condiciones incluyen el uso de una cámara cerrada de laboratorio en donde se le sometían las cepas de virus (depositadas sobre saliva artificial) a una luz natural simulada. Esta luz se generaba mediante una lámpara de XENON tipo ARC con diversos filtros que trataban de emitir una luz lo más parecida a la luz solar con todo su espectro completo y por supuesto, dotada de sus correspondientes rayos ultravioletas (280-400 nm).

Incluso se escalonó el estudio a lo largo del tiempo usando las condiciones de radiación ultravioleta (TUV) en distintas fechas del año y recogidas por los organismos registradores oficiales.

Bajo estas condiciones, se pudo comprobar que al menos con las dosis aplicadas en el experimento, la luz con rango UVA (315-400 nm) no causaba ningún daño a los virus tipo SARS-CoV-1.

El resultado cambiaba cuando se sometía al virus a una radiación UVB (280-315 nm) y usando esta vez una cepa del SARS-CoV-2: el virus quedaba inactivo.

Incluso se comprobaba que esto ocurría en partículas de saliva suspendida, así como en cepas depositadas sobre acero inoxidable y se observó que esta inactivación era mucho más lenta en condiciones de oscuridad.

También se ha visto que esta acción de inactivación es dependiente del nivel de intensidad de irradiación en los rayos UV aplicados.

 

LOS ULTRAVIOLETAS

Hasta ahora, se sabía muy fehacientemente que los rayos UVC (250-280 nm) pueden desactivar los virus tipo corona, pero el problema reside en que este tipo de radiación no llega desde el sol hasta nosotros de manera natural. Esta luz es filtrada y retenida por la atmósfera y solo nos queda la opción de producirla artificialmente con medios que son bastante caros. El estudio arriba aludido es el primero que demuestra que la luz UVB (280-315 nm) puede también desactivar coronavirus presentes en superficies no porosas.

La ventaja fundamental es que este tipo de radiación sí que está presente de manera natural en la luz solar que recibimos. Aunque esta radiación constituye sólo el 5% de la radiación ultravioleta que llega a la tierra, tiene mucha energía, y de hecho, es la responsable del bronceado, pero también de las quemaduras (quemaduras del sol). Además, el estudio arroja resultados diferentes en donde el tiempo de desactivación del virus es diferente según se varían las condiciones simuladas de exposición solar, de tal manera que, en condiciones de mediodía a 40º en solsticio de verano, el 90% de los virus se desactivaban en 6,8 minutos, mientras que se necesitan 14,3 minutos para conseguir desactivar el virus en el solsticio de invierno.

También se concluye en el estudio que las condiciones de interior en donde no hay luz solar directa, sobre todo en oscuridad, el virus puede permanecer activo varios días. Tanto en saliva suspendida como en superficies no porosas, los tiempos de desactivación del virus en interiores van de 3 a 5 días.

Conviene señalar que este estudio se realizó con elementos simulados, desde la luz solar utilizada hasta las gotas de saliva infectadas. Se pone de manifiesto también la posibilidad de que esa luz artificial solar usada tenga componentes de ultravioletas UVC que hayan favorecido la desactivación del virus adicionalmente, aunque se comprobó que este nivel era 1000 veces inferior al resto de UV presentes.

¿A dónde nos lleva esto?

Es fácil concluir que la exposición a luz solar en exteriores facilita la eliminación de los coronavirus y, en consecuencia, su propagación es más dificultosa que en sitios cerrados o locales de interior. Así mismo, el estudio nos revela que la exposición a la luz solar de superficies no porosas podría ser efectiva para la descontaminación de coronavirus. Aunque conviene señalar que esta acción positiva de los UVB está sometida a las condiciones climáticas existentes, la hora del día, la época del año en la que nos hayamos…etc. Estos rayos son también filtrados por la atmosfera e incluso la existencia de nubes afecta al rendimiento general de los UVB que recibimos.

 

SEGURIDAD PARA LAS PERSONAS

Recientemente, el Ministerio de Sanidad, en un primer intento por regularizar los aparatos que están apareciendo para desinfectar de coronavirus las superficies y los ambientes mediante luz UVC, ha publicado una nota oficial en donde se hacen algunas consideraciones sobre este tema, sobre todo, en lo referente a los peligros y las normas de seguridad que se deben tener en cuenta a la hora de usar aparatos que emitan luz ultravioleta UVC.

En conclusión, el Ministerio de Sanidad advierte que:

  1. Las Radiaciones UV-C no se pueden aplicar en presencia de personas.
  2. Los aplicadores deben contar con los equipos de protección adecuados y de acreditar una formación específica sobre los requisitos de seguridad de los aparatos o equipos que utilizan radiaciones UV-C.
  3. Un uso inadecuado de estos equipos puede provocar posibles daños para la salud humana y dar una falsa sensación de seguridad. No se recomienda el uso de estos equipos o dispositivos para un uso doméstico.
  4. El uso de lámparas de desinfección UV para desinfectar las manos u otras áreas de la piel no está recomendado salvo que esté clínicamente justificado.
  5. Los instaladores profesionales de las UV-C deben informar a los clientes sobre el cumplimiento de la Especificación UNE 0068 y de los principales aspectos relacionados con el uso seguro y la no superación de los límites de exposición.

El documento es más extenso y es de lectura obligada, más si cabe, queremos tener una idea de por dónde se mueven las autoridades y cual es línea oficial sobre este tema. Si bien, no hay legislación al respecto, con ello podemos intuir por dónde se va a mover el espíritu de cualquier legislación al respecto que se pueda articular en el futuro.

https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Especificacion_UNE_0068-2020.pdf

https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/COVID19_Nota_sobre_el_uso_de_UV-C.pdf

 

OTROS ASPECTOS DE UNA ILUMINACION CONFORTABLE

Con lo anteriormente expuesto, nos preguntamos: ¿podemos nosotros hacer algo para tener una iluminación interior más natural?

Ciertamente sí.

Mientras que es evidente que NO podemos tomar como solución el iluminar nuestra casa o nuestros locales de ocio con lámparas emisoras de UVC de manera continua, sí que podemos tomar decisiones de adoptar sistemas de iluminación más limpios, desde el punto de vista visual y desde el punto de vista ambiental. Ya vemos que la luz azul (460 nm) no siendo peligrosa en sí, sí que se halla por espectro, en esa barrera en donde “las cosas se empiezan a complicar” (a partir de 400nm ya empezamos con los ultravioletas inofensivos y continúan hasta los 300nm en donde ya empezamos a tener problemas de seguridad).

Para ello, en FULLWAT hemos lanzado una nueva línea de tiras de LED “SUN-SPECTRUM”, luz solar limpia que marcan el principio de una nueva era en la iluminación a led.

Se trata de una línea de producto que utiliza diodos led de ultimísima generación que comparten con sus homólogos anteriores solo su aspecto físico y el hecho de que también “lucen”, pero que se diferencian de éstos en el aspecto del “cómo” emiten esa luz y de “qué” calidad es ésta, comparada con la emitida por los diodos led tradicionales. Hace un tiempo hablamos de ello en el blog: SUN SPECTRUM: Iluminación led saludable y de calidad

Normalmente los diodos led tradicionales están fabricados con una base de chip de led azul que se recubre con una sustancia fosforosa llamada YAG que modifica esa luz azul para conseguir los distintos tonos de blanco.

Ese chip azul subyace siempre y ese haz se haya de manera muy presente en todos los espectrogramas de análisis de cualquier diodo led blanco.

El resultado práctico de la luz led que disfrutamos hoy en día de manera mayoritaria es de calidad y podemos decir que el rendimiento es aceptable, a pesar de la presencia de esa componente azul.

Siempre y cuando hablemos de Leds de calidad, disfrutamos de sistemas de iluminación de alto rendimiento con incluso niveles de CRI (Índice de Rendimiento Cromático) muy altos cercanos a la luz natural solar. En FULLWAT ya se dispone de tiras de led con un CRI>97 desde hace más de un año que son muy demandadas por aquellos clientes que buscan una solución de luz más natural.

Pero, aun así, casi todos los leds usados en la actualidad, independientemente de su CRI, poseen una componente azul a la que algunos estudios acusan de perjudicial para los ojos en condiciones de exposición muy continuada.

La componente azul se halla en la luz solar y es indispensable para la formación de los colores y es contradictorio que ahora se les acuse a los diodos led de ser dañinos por tener esa componente cuando, durante decenas de años, se han estado comercializando sistemas de iluminación artificiales. Hasta la luz de una vela tiene una componente azul. El problema radica en controlar que esa componente azul esté equilibrada con el resto de los componentes de los demás colores.

Es por ello que los fabricantes de Led se han lanzado a la fabricación de diodos led más sofisticados que reducen ese “Blue Hazard” y compensan el azul con el resto de los colores, haciendo que el haz de luz emitido sea más “natural”, más cercano a lo que nos llega del sol.

Es cierto que la Luz proveniente de los diodos led ha venido para quedarse ya que nos aporta ventajas de ahorro energético y ventajas en su control para hacernos la vida mucha más fácil y económica.

El hecho de conseguir ese objetivo de fabricar diodos led más respetuosos con nuestros ojos y que simulen mejor la luz natural parece una pretensión fácil, pero no lo es tanto porque obliga a cambios tecnológicos importantes en la producción de estos dispositivos.

Hay que cambiar la sustancia del chip azul subyacente y la naturaleza del YAG (la sustancia fosforosa amarilla que todos vemos), lo que implica nuevos materiales y un costo superior.

En FULLWAT ya teníamos contacto con fabricantes que estaban investigando esta área hace unos 2 años y sabíamos que cuando estos nuevos productos estuvieran disponibles, nuestra obligación era y es contar con ellos. Siempre fuimos sensibles a lanzar una línea de tiras de leds fabricadas con estos nuevos leds de “luz natural” y ha sido así como se ha lanzado la línea de tiras CCTX-2835F-BX-X con unas prestaciones excepcionales y una tonalidad de color muy similar a la luz solar.

Por primera vez, unas tiras de led emiten su luz con un CRI cercano a 99 que no lleva componente azul desproporcionada y su espectro de emisión está compensado en el resto de los colores:

Más información sobre estas novedosas tiras de led y sus ventajas en el artículo: SUN SPECTRUM: Iluminación led saludable y de calidad

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