Si te has preguntado por qué hay baterías de plomo que duran menos de lo esperado aquí tenemos algunas respuestas.
La gran mayoría de la gente, cuando habla de una batería de plomo, sólo sabe que es una especie de caja de plástico, que pesa mucho, con una etiqueta escrita en su parte frontal y que tiene un coste. Hasta aquí, todo es correcto y normal, ya que el usuario de este tipo de baterías no tiene por qué conocer más información de las mismas. Para el consumidor es «Algo que se coloca en un determinado sitio y que hace funcionar algo«.
Por tanto, para su compra o reposición, se pone (o se debe poner) en manos de alguien que entiende (o debe entender). Es decir: confía en un profesional y entendido en la materia.
Y aquí empieza su calvario. Aquel que le debería proporcionar un producto de calidad a un precio razonable, le aconseja una batería “igualita que la otra pero a un precio de oferta irresistible” para asegurarse la venta.
Este es el consejo del “profesional” (esta vez, con comillas).
El usuario le hace caso y la compra. Aparentemente ve que es igual que la que tiene que sustituir, cabe en el mismo sitio, pesa bastante, la conecta y parece que todo funciona.
Pero al cabo de un tiempo sospechosa e irritablemente corto, la batería no funciona o, si lo hace, es con unas prestaciones muy deficientes. Es decir: aquello se ha convertido en un “ladrillo” que no sirve para nada. ¿Qué ha ocurrido?
Algo muy habitual aludido en un castizo refrán que dice: “no hay duros a peseta”.
El “profesional” ha primado el precio que le va a costar la batería, pensando en su beneficio económico, frente a la calidad y prestaciones de la misma. Y lo demás, a improvisar.
Por otra parte, es una pena que la batería de plomo no tuviera una carcasa transparente. Si fuera así, podríamos ver su interior y cualquier profano en la materia vería claramente que NO todas las baterías de plomo son iguales. Existen diferencias muy importantes.
Empecemos por hablar de la capacidad de la batería (C), mostrada en Ah (amperios-hora). Este valor, aislado y sin ninguna referencia, no nos vale de mucho, ya que hay que relacionarlo con el tiempo de descarga de la batería de plomo. Esta capacidad, según sea el valor de este tiempo, va a tener un valor bien distinto. Primera sorpresa: una batería de plomo tiene varios valores de capacidad. Curioso, ¿no?
En la tabla siguiente, se puede observar que cuanto mayor es el tiempo de descarga, es decir, cuanto más lenta es la descarga, se puede extraer una mayor energía de la misma batería. Este curioso fenómeno lo explicaremos en próximas entradas de nuestro blog.
Ejemplo: Batería de plomo AGM de Ultracell 1.3Ah y 12V (UL1.3-12)
Otro aspecto a tener en cuenta es el uso que se va a hacer de la batería, que puede ser muy variado. Este aspecto es primordial. Hay que elegir el modelo adecuado teniendo muy en cuenta qué se va a hacer con la batería. Podríamos destacar:
- Uso Estacionario: la batería está en modo stand-by.
- Uso Cíclico: la batería se carga y se usa a continuación. Se vuelve a cargar y se vuelve a usar y así repetidamente.
- Uso de Arranque: sólo se va a utilizar para dar una gran potencia en un instante muy corto, seguido del cual la batería casi ni se usa.
- Uso de Tracción: que no deja de ser una cíclica pero con un uso muy intenso.
- Uso Solar: uso cíclico muy prolongado.
Siguiendo con otros parámetros a tener en cuenta, habría que fijarse en el peso de la batería: para un mismo tamaño y volumen, inicialmente, será mejor aquella batería que tenga más peso, porque se supone que debería de tener más plomo, que es el elemento fundamental para generar energía en este tipo de batería.
También debe ser una guía importante, el usar una batería de marca reconocida y/o que tenga “nombre” en este mercado.
En definitiva, el “profesional”, si quiere eliminar las comillas y convertirse en un verdadero profesional, tendrá que hacer un estudio profundo sobre las necesidades de su cliente. Deberá también verificar muy bien los aspectos técnicos de la batería que pretende aconsejar a su cliente en cuestión. Es decir: tendrá que documentarse, asesorarse y buscar información. Teniendo claro todo lo anterior, deberá buscar, claro está, un razonable precio.
Documentación. Asesoramiento. Información. Sentido común
Estos conceptos, ¿quién los cumple? ¿Quién los tiene? Respuesta fácil: en empresas distribuidoras que posean una contrastada experiencia en el sector de la Energía. Que posean personal técnico capacitado para asesorar correctamente al profesional.