La garantía de un clima interior óptimo en zonas ocupadas por personas y animales ha sido objeto de un amplio debate en los últimos tiempos.
Las consideraciones incluyen específicamente la temperatura, la iluminación, la humedad relativa, los caudales de aire y la presencia de corrientes de aire.
En el caso de los animales de granja, estos parámetros no se tienen en cuenta con demasiada frecuencia. Esto incluye especialmente la luz.
Según lo anterior, es completamente irracional hacerlo, ya que estos parámetros interiores son esenciales para el funcionamiento correcto y eficiente de los animales de granja.
Por ello, conviene resaltar y poner el foco sobre algunos aspectos que a veces pasan inadvertidos, empecemos con algo de teoría, o sea, ¿qué es la luz?
El ojo humano puede reaccionar en longitudes de onda de 380 a 780 nm, pero en los animales estas condiciones cambian y pueden tener sensibilidad a diferentes longitudes de onda.
Esto depende de la parte del espectro luminoso que detecte el ojo de una especie animal.
Todas las formas de vida superiores ven los objetos y los colores a través de unos receptores llamados «células de cono» que son sensibles a diferentes longitudes de onda de la luz. Los humanos tenemos tres tipos de células cónicas oculares que nos hacen ver lo que comúnmente se conoce como luz roja, azul y amarilla. Los animales pueden tener más o menos tipos de células cónicas. Los pollos, por ejemplo, tienen cinco tipos diferentes de células cónicas. Además de los tres tipos de células cónicas humanas, los pollos también tienen células cónicas sensibles a la luz violeta y células cónicas que detectan el movimiento. Los animales de granja, como el ganado, así como los gatos y los perros, no suelen distinguir el rojo porque sólo tienen células cónicas azules y amarillas.
Estos conocimientos son los que se usan (o debieran usarse) en la práctica para diseñar luminarias led para ser instaladas en granjas de animales.
Grado de sensibilidad óptica humanos/ganado:
La iluminación en la ganadería de ganado vacuno: la carne y la leche
Probablemente se podría entender que una iluminación óptima favorece la producción de ambas cosas en las vacas.
Con una iluminancia de 150-200 lx, las vacas pueden aumentar su producción de leche incluso en varios litros al día.
Numerosos trabajos de investigación afirman que el máximo rendimiento lechero requiere que las vacas permanezcan activas durante 16 horas al día y descansen un mínimo de 8 horas.
¿Cómo se puede conseguir este rendimiento en nuestro clima, sobre todo en los días de invierno, cuando la luz del sol está disponible sólo durante unas horas?
Las vacas sólo tienen dos tipos de conos oculares, que detectan el azul y el verde. Las luces LED, que generan un espectro de luz cercano al de la luz solar en el establo, ayudan a estimular la actividad diaria óptima del ganado y a alargarla.
Por otro lado, las luces LED son más eficientes energéticamente que las lámparas de filamento o de descarga.
Un trabajo en la granja conlleva muchas tareas diferentes, por lo que es posible que algunas de ellas se deban hacer por la noche, que es cuando los animales necesitan descansar.
La mejor solución en este caso sería utilizar luminarias que emitan luz roja, que el ganado no puede ver.
Teniendo en cuenta, sin embargo, que un aumento repentino de la potencia luminosa puede desorientar a los animales, por lo que será muy necesario un sistema de control de la luz.
Dicho esto, es recomendable estudiar la instalación de luminarias necesarias en la granja, tanto en su potencia, ubicación como en su tonalidad. Ello puede ser muy beneficioso para el rendimiento de los animales y a su vez, facilitar las labores del ganadero.
Para todo ello, es muy recomendable que alguna de las tareas de iluminación del establo sea automatizadas y todo se gestione mediante un controlador idóneo que seguro nos ayudará a optimizar el trabajo de esta parte de la explotación.